Durante años me he cuestionado ¿cuál es el propósito de la vida? una pregunta poco usual que tal vez, para muchas personas antes de la pandemia carecía de interés e importancia, dado que su atención estaba en diversos ámbitos de la vida cotidiana como el trabajo, dinero, vacaciones, etc.
Sin embargo, una de las cosas más importantes que ha propiciado la pandemia y en algunos países la cuarentena obligatoria, es el traslado de la “mirada exterior hacia la mirada interior”, creando las condiciones propicias para la contemplación y la reflexión personal. Una de las más grandes epifanías en esta situación inédita, sin duda ha sido la comprensión y la asimilación de que más importante que la “quiebra de una empresa”, es el “quiebre de la salud”, pues sin salud, no hay proyecto de vida posible.
«Sin Salud no hay Proyecto de Vida Posible»
En este contexto, la humanidad entera después de experimentar este inasible punto de fricción del COVID-19 ha podido percatarse con dolor de la fragilidad de la vida, viviendo en algunos casos muy de cerca la muerte de un amigo o familiar cercano como nunca antes, una experiencia de última frontera que nos ha llevado a cuestionarnos, en el escenario interno de nuestra propia consciencia, no sólo el propósito de nuestra vida, sino también, el verdadero propósito de los gobiernos del mundo y de las empresas que dinamizan la actividad económica y el empleo.
¿Cuál es el Propósito de las Empresas?
Movimientos como Imperative21, conformado por más de 72,000 empresas de 150 industrias en todo el mundo, con más 18 millones de empleados, que generan más USD 6.6 trillones de ingresos, administrando más de USD 15 trillones en activos, vienen surgiendo con el anhelo de re-orientar la consciencia del mundo empresarial hacia una visión con mayor sentido de propósito y legado social en armonía con el medio ambiente, pasando del viejo paradigma de creación de valor para los accionistas hacia un nuevo paradigma de creación de valor para todos los grupos de interés o Stakeholders , lo que entraña lograr un equilibrio entre lo que es bueno para los accionistas (egosistema) y lo que es bueno para todos los demás (ecosistema).
«Egosistema vs. Ecosistema»
Este nuevo paradigma empresarial surge como un imperativo ante la enorme problemática actual entre la generación y la distribución de la riqueza mundial, un dilema que está llevando, a la sociedad en su conjunto, a cuestionarse sobre el verdadero propósito de las empresas, orientándolas hacia un capitalismo más consciente, un renacimiento de la ética empresarial, que verdaderamente cree valor y bienestar para la sociedad y no sólo bienestar económico para sus accionistas; un salto cuántico en la consciencia empresarial que muy pronto debería alcanzar un punto de inflexión para su adopción masiva, ya sea por inspiración o desesperación, dado que los consumidores hoy más que nunca, tienen en sus manos el poder de la sanción social para promover el incremento o decremento del consumo de los bienes y servicios de cualquier empresa de acuerdo con su conducta.
Por ello, es imperativo que las empresas en general, comprendan la trascendencia de priorizar la expansión del nivel de consciencia de sus líderes, antes que la expansión del modelo de negocio, lo que implica el desarrollo de un sentido de propósito superior que genere valor para todos los Stakeholders, una prueba ácida que surge desde la sociedad y para la sociedad en nueva realidad donde el cliente-comunidad se encuentra al centro de todas las decisiones estratégicas del negocio.
Sin embargo, lamentablemente muchas empresas no evolucionarán y decidirán permanecer bajo el paraguas del viejo paradigma, donde la rentabilidad es el fin supremo y donde la calidad de vida sólo se mejora con más poder, fama o dinero, una visión insostenible que vienen generando, no sólo, pérdida de confianza de la sociedad en las empresas, sino también, pérdida del más amplio sentido de propósito empresarial, tal y como lo expone de una manera muy elocuente el documental “the social dilema”.
Necesitamos evolucionar del capitalismo tradicional hacia un capitalismo más consciente, sustentando en la ética empresarial, un nuevo paradigma empresarial que paradójicamente demanda volver a sus orígenes, un objetivo magno acuñado en forma magistral por Bertie Charles Forbes: “el propósito de la empresa es la creación de felicidad y no la acumulación de millones”, lo que implica un salto sin retorno hacia una visión más noble y sustentable en la nueva realidad.
«El Propósito de una Empresa es la Creación de Felicidad y no la acumulación de Millones» B.C. Forbes
Necesitamos comprender hoy más que nunca que en la nueva realidad, la prueba ácida empresarial llevada a cabo por la propia sociedad será saber si la empresa «vende o vive» un sentido de propósito superior que beneficia a todos los Stakeholders.
Finalmente, te invito a reflexionar planteándote las siguientes preguntas:
¿Crees que el capitalismo tradicional tiene que evolucionar?
¿Crees que las empresas necesitan un mayor sentido de propósito?
¿Crees que tú necesitas un mayor sentido de propósito?